
Desde el fin de semana pasado, la ciudad de Buenos Aires tiene su primer Mercado destinado a la Economía Solidaria y el Comercio Justo. Una asamblea popular, que nació como consecuencia de la crisis argentina de fines del 2001, logró que el predio que ocupaba un centenario mercado municipal reabra sus puertas, con el objetivo de fomentar el consumo responsable.El Mercado está ubicado en el barrio porteño de Palermo, uno de los lugares de mayor crecimiento en los últimos años y con mayor afluencia de turistas. Volvió a funcionar mediante un convenio firmado entre 13 organizaciones sociales y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de vincular a productores y consumidores sin intermediarios. Además, está pensado como un espacio para que los turistas puedan conocer las numerosas experiencias de comercio justo que se están multiplicando en todo el país.
La Asamblea de Vecinos de Palermo Viejo fue una de las organizaciones sociales que trabajaron para lograr la reapertura de este centro de abastecimiento centenario, que estaba cerrado desde hace seis años y que será administrado por estas agrupaciones durante los próximos cinco años. Fue creada a fines del 2001, cuando decenas de asambleas de vecinos poblaron la ciudad, como respuesta a la necesidad de participación popular que generó la crisis económica y política. "La Asamblea de Palermo Viejo es una de las pocas que sobrevive ya que las asambleas se han ido diluyendo, entre otras cosas, porque eran un lugar de encuentro en medio de una crisis muy grande", explica Ignacio Rojo, integrante de la Asamblea de Palermo Viejo y presidente de la Cooperativa Red del Campo. "Pero los vínculos están. Es muy raro que la gente que ha participado en una asamblea hoy esté en su casa. Está inserta en otra organización social mayor o en algún partido político, más allá de la crisis de los partidos políticos mayoritarios. Pero hay participación", agrega.
En algunos casos, esa fiebre inicial de participación popular se tradujo en proyectos a largo plazo. Así nació, por ejemplo, la Cooperativa La Asamblearia, fundada por las asambleas de vecinos de los barrios porteños de Núñez y Saavedra, con el objetivo de crear una red de economía solidaria. Hoy, esta cooperativa ofrece sus productos en el nuevo mercado. "Detrás del producto está el productor, está la familia productora, hay una realidad social y política. Y lo que hicimos nosotros es construir una red de productores", cuenta Alberto Noguerol, integrante de La Asamblearia. "Los hemos cobijado, los hemos unido y hemos intentado comercializar esos productos, conectarlos con los consumidores de esos productos y construir relaciones sociales de otro tipo, basadas en los principios de solidaridad y cooperación, para sentar las bases de una economía alternativa que a su vez es la base de una sociedad edificada de otra manera", sostiene Noguerol.
La Asamblea de Vecinos de Palermo Viejo fue una de las organizaciones sociales que trabajaron para lograr la reapertura de este centro de abastecimiento centenario, que estaba cerrado desde hace seis años y que será administrado por estas agrupaciones durante los próximos cinco años. Fue creada a fines del 2001, cuando decenas de asambleas de vecinos poblaron la ciudad, como respuesta a la necesidad de participación popular que generó la crisis económica y política. "La Asamblea de Palermo Viejo es una de las pocas que sobrevive ya que las asambleas se han ido diluyendo, entre otras cosas, porque eran un lugar de encuentro en medio de una crisis muy grande", explica Ignacio Rojo, integrante de la Asamblea de Palermo Viejo y presidente de la Cooperativa Red del Campo. "Pero los vínculos están. Es muy raro que la gente que ha participado en una asamblea hoy esté en su casa. Está inserta en otra organización social mayor o en algún partido político, más allá de la crisis de los partidos políticos mayoritarios. Pero hay participación", agrega.
En algunos casos, esa fiebre inicial de participación popular se tradujo en proyectos a largo plazo. Así nació, por ejemplo, la Cooperativa La Asamblearia, fundada por las asambleas de vecinos de los barrios porteños de Núñez y Saavedra, con el objetivo de crear una red de economía solidaria. Hoy, esta cooperativa ofrece sus productos en el nuevo mercado. "Detrás del producto está el productor, está la familia productora, hay una realidad social y política. Y lo que hicimos nosotros es construir una red de productores", cuenta Alberto Noguerol, integrante de La Asamblearia. "Los hemos cobijado, los hemos unido y hemos intentado comercializar esos productos, conectarlos con los consumidores de esos productos y construir relaciones sociales de otro tipo, basadas en los principios de solidaridad y cooperación, para sentar las bases de una economía alternativa que a su vez es la base de una sociedad edificada de otra manera", sostiene Noguerol.
TIERRA, TRABAJO Y JUSTICIA
El Movimiento Agrario de Misiones, nacido hace más de 30 años en el noreste argentino, también tiene su espacio en el flamante Mercado de Economía Social y Comercio Justo de la ciudad de Buenos Aires. Aquí ofrece su emblemática yerba mate Titraijú, elaborada en forma artesanal, cuyas iniciales corresponden a Tierra, Trabajo y Justicia, y sintetizan el reclamo de los pequeños agricultores de esa provincia. "El mercado tradicional no informa sobre las necesidades que tiene un pequeño productor porque no le interesa la historia que tiene detrás", dice Miguel Rodríguez, integrante del Movimiento Agrario de Misiones. "Pero cuando se interiorizan de las realidades que existen detrás de un paquete, los consumidores responden de la mejor manera, como lo han hecho con nosotros, que hoy somos un proyecto sostenido desde hace siete años gracias a la autogestión", resume.
EL PROBLEMA DE LA COMERCIALIZACIÓN
En el recinto de casi 600 m2 que ocupa el mercado, se pueden comprar productos artesanales, ecológicos y orgánicos, elaborados y comercializados sin intermediarios. Así, se logra una respuesta concreta al problema más grave que tienen los pequeños productores: la falta de espacios en donde vender sus productos. "Un lugar de comercialización como éste en Buenos Aires "tracciona", como decimos nosotros, la producción de los pequeños productores", asegura Pedro Cerviño, coordinador del Foro Nacional de Agricultura Familiar. "Al tener una salida directa garantizada, con precios justos, con el comercio equitativo solidario, esto los mueve a producir más y mejor", concluye.
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