
¿Nacionalización? Y qué!
Mil y un vítores se ha llevado Evo Morales por la nacionalización de los hidrocarburos (ahora) Bolivianos. Al mismo tiempo, la enemistad, las vueltas de cara y la preocupación de bolsillos privados y fiscales ha sido la otra cara de la moneda en este “típico acto del socialismo internacional” como ha sido calificado por más de un comentarista.
La cuestión, en definitiva, según lo veo, no tiene para el mundo mayor revuelo. Claro, es siempre bien mirado decir que ahora algo le es devuelto al pueblo, pero la pregunta a continuación es: ¿y entonces qué hace el pueblo con eso que le fue devuelto? Por tanto el gran tema de la nacionalización de los recursos naturales siempre ha sido –y siempre se ha olvidado- es qué se hace con ellos, qué formas de aprovechamiento toma esa nueva administración ya que, una simple explotación requerirá de inversión y nuevamente el castigo perenne del ciclo capitalista que las ideologías aborrecen pero que termina siempre siendo el mejor asignador de recursos. Ora pro nobis.
Así, una vez más los grandes temas, desde la economía a la política y de la política a la ideología vuelven a dejar a esta última desconsolada y perpleja pues no basta con querer restablecer los imperios ni tampoco el futuro irrenunciable del proletariado, no es cuestión de quien posee los medios materiales, sino cómo los aprovecha para bienestar social y por cierto para el de los que vendrán.
El gran triunfo de la democracia sustentable está en que sin importar quien gobierne o posea, siempre exista plena convicción de que se administrará aquello que se rige con la mano que requiere un país, una persona o un planeta: una mano equilibrada y consciente. Ese es el paso que busca dar el Ecologismo que defendemos y hacia allá nos dirigimos convenciendo a las multinacionales, los Gobiernos y al pueblo.
Por último, en hora buena para los Bolivianos.
Mil y un vítores se ha llevado Evo Morales por la nacionalización de los hidrocarburos (ahora) Bolivianos. Al mismo tiempo, la enemistad, las vueltas de cara y la preocupación de bolsillos privados y fiscales ha sido la otra cara de la moneda en este “típico acto del socialismo internacional” como ha sido calificado por más de un comentarista.
La cuestión, en definitiva, según lo veo, no tiene para el mundo mayor revuelo. Claro, es siempre bien mirado decir que ahora algo le es devuelto al pueblo, pero la pregunta a continuación es: ¿y entonces qué hace el pueblo con eso que le fue devuelto? Por tanto el gran tema de la nacionalización de los recursos naturales siempre ha sido –y siempre se ha olvidado- es qué se hace con ellos, qué formas de aprovechamiento toma esa nueva administración ya que, una simple explotación requerirá de inversión y nuevamente el castigo perenne del ciclo capitalista que las ideologías aborrecen pero que termina siempre siendo el mejor asignador de recursos. Ora pro nobis.
Así, una vez más los grandes temas, desde la economía a la política y de la política a la ideología vuelven a dejar a esta última desconsolada y perpleja pues no basta con querer restablecer los imperios ni tampoco el futuro irrenunciable del proletariado, no es cuestión de quien posee los medios materiales, sino cómo los aprovecha para bienestar social y por cierto para el de los que vendrán.
El gran triunfo de la democracia sustentable está en que sin importar quien gobierne o posea, siempre exista plena convicción de que se administrará aquello que se rige con la mano que requiere un país, una persona o un planeta: una mano equilibrada y consciente. Ese es el paso que busca dar el Ecologismo que defendemos y hacia allá nos dirigimos convenciendo a las multinacionales, los Gobiernos y al pueblo.
Por último, en hora buena para los Bolivianos.
Néstor Morales
Director EL ALERCE
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